Destaca por ser un vino que aúna la frescura y el carácter afrutado de un blanco joven, con el cuerpo y la estructura de un vino fermentado y con crianza en barricas de roble. Un blanco muy gastronómico, de amplia versatilidad en la mesa, perfecto desde el aperitivo hasta el plato principal.
En boca es amplio, meloso, con buena carga frutal, paso largo con notas tostadas y ralladura de cítricos, con muy buena acidez y final persistente.
Perfecto para acompañar aperitivos, mariscos, todo tipo de pescados y carnes blancas.
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